Un recorrido por estas poblaciones de Huelva donde se desempeñaron gestas históricas importantes para el descubrimiento del nuevo mundo, las cuales poseen monumentos e historias de gran valor.
Este reportaje forma parte de un recorrido que realizamos por la provincia de Huelva para visitar tres poblaciones con mucha historia de esta zona y el Monasterio de la Rábida, el cual lo dejamos para publicar en otro reportaje para que éste no sea demasiado largo.
Las tres poblaciones que presentamos hoy están muy cerca la una de la otra ya que el recorrido entre Niebla a Palos, pasando por Noguer es de unos treinta y siete kilómetros, el cual sigue el curso del Rio Tinto. Cada población tiene su propia historia que también estuvo ligada a las otras dos. La historia de Niebla fue muy importante desde la prehistoria hasta finales de siglo XV y las historias de Moguer y Palos de la Frontera cogieron el relevo a Niebla por su implicación en el descubrimiento de las Américas y el arte Colombino.
Niebla
Puerta de entrada al recinto amurallado – 5025
Ruinas de la Iglesia de San Martín – C1903-5026
Iglesia-Mezquita de Santa María de la Granada – 5032
Esta es una población que es conocida por su patrimonio monumental y su historia, estando declara como Conjunto Monumental Histórico – Artístico desde el año 1982. Llama mucho la atención cuando llegas a Niebla las enormes murallas de color rojizo que rodean el casco antiguo de la ciudad. Las murallas tienen un recorrido de unos dos kilómetros. Actualmente Niebla presenta numerosas ruinas y monumentos muy interesantes que explican su gran historia.
A través de diversos restos prehistóricos que se han encontrado en varias excavaciones, principalmente cerámicos se ha llegado a la conclusión de que los primeros asentamientos humanos en esta zona se produjerón en la época de la cultura tartésica entre los años 1250 a. C. al 850 a. C. En tiempos de los iberos esta población se llamaba Ilipia a la que los musulmanes más tarde la denominaron Libia y con la llegada de la reconquista recibió el nombre actual de Niebla.
A lo largo de su historia ha vivido periodos gloriosos como los que tuvieron los fenicios y los cartagineses que convirtieron Ilipia en una población grande y próspera comercialmente. Los romanos después de su conquista la ampliaron edificando un acueducto, unas termas y varias vías. Fue en el año 1091 con la conquista de los musulmanes que para defenderla la amurallaron dando cierta tolerancia religiosa a los cristianos, esto hizo que llegara a alcanzar un gran periodo de esplendor, la población llegó alcanzar unos 40.000 habitantes, pasando a ser ésta la capital de una de las kuras o provincias del Al-Andaluz, que dominaba una gran extensión de terreno desde la desembocadura del Guadalquivir hasta el cabo San Vicente, incluyendo gran parte del Algarbe portugués.
En el año 1262 el rey Alfonso X el Sabio durante la reconquista, tuvo asediada la ciudad durante nueve meses y medio mediante lombardas que disparaban con pólvora grandes piedras contra las murallas, pero no logró derrumbarlas, fue la población asediada que acabo rindiéndose por el hambre que sufrieron.
Después de la reconquista, en el año 1368 la población pasó a manos de Juan Alonso Pérez de Guzmán que fue nombrado conde de Niebla. Posteriormente en el año 1445 este condado se unió al ducado de Medina Sidonia. A partir de esta unión la población de Niebla fue perdiendo importancia frente a la población de Sanlúcar de Barrameda por tener está un importante puerto comercial. Poco a poco la gestión del condado de Niebla se traslada a esta población portuaria.
En el siglo XVIII, muchos acontecimientos fueron en contra para la población de Niebla, como la guerra con Portugal, las epidemias y los abusivos impuestos que les impusieron. También por los grandes desperfectos que sufrieron en el terremoto de Lisboa del año 1755 y la guerra de la independencia que dejó la población de Niebla en plena decadencia, pasando a perder una gran parte del patrimonio y el condado de Niebla, paso a ser un pequeño municipio de la provincia de Huelva.
Aún que su patrimonio fue muy superior al que actualmente se conserva, podemos visitar las murallas que están muy bien conservadas con sus 43 torres, sus 2 km de perímetro y sus cinco puertas que acceden al recinto amurallado: la del Buey al oeste, la del Socorro al norte, la del Agua y la del Embarcadero. También se puede visitar El Alcázar o Castillo de los Guzmanes, que fue restaurado por el segundo duque de Media Sidonia, Enrique el Restaurador.
Entre otros monumentos interesantes se encuentran los restos de la Iglesia de San Martín, la Iglesia-Mezquita de Santa María de la Granada, el Museo Parroquial y el Puente Romano.
Moguer
Ayuntamiento de Moguer – C1903-5012
Plaza Portocarreños, Moguer – C1903-5020
Ruinas del Castillo de Moguer – C1903-5022
Esta ciudad desempeñó un importante papel en el descubrimiento del nuevo mundo, se podría decir que su principal atracción es su sabor colombino que inundan las calles y sus edificios del núcleo histórico. Otra de su principal atracción es la poesía potenciada por ser la ciudad donde nació Juan Ramón Jiménez, premio nobel de literatura en el año 1956, con su obra “Platero y Yo”, el cual describió su pueblo natal con una gran maestría y detalle.
A lo largo de la historia de Moguer, se ha dejado constancia que por estas tierras pasaron diferentes civilizaciones desde el periodo del Neolítico, entre ellos los fenicios y más tarde los romanos los cuales establecieron industrias de salazón de pescado en las proximidades del Rio Tinto. También hay vestigios de que hubo una villa romana que estaba asentada en el mismo lugar donde actualmente la ocupa Moguer.
En el año 712 esta zona fue conquistada por los musulmanes, la cual pasó a formar parte de la Cora de Niebla. El nombre de Moguer viene del árabe de la palabra “Mogar” que significa caverna o cueva. Después de un largo periodo, Moguer formó parte del reino de la Taifa de Niebla y también más tarde del reino de Sevilla. Fueron los almorávides en el siglo XII al tomar el mando de la ciudad cuando construyeron el alcázar de Moguer.
En el año 1264 después de la conquista realizada por los caballeros de Santiago pasó a manos de la Corona de Castilla, formando parte del Concejo de Niebla hasta que Alfonso XI lo entrego como señorío al almirante Alonso Jofre Tenorio, el cual mediante los diferentes enlaces que le sucedieron pasó a manos de la Casa de los Portocarrero los cuales repoblaron este pueblo y lo convirtieron en un gran núcleo urbano y comercial.
En el año 1439 fue el año de mayor apogeo de la población, por la construcción portuaria que se realizó al concederles los Reyes Católicos el seguro de protección a las embarcaciones que llegaban de África, Canarias y Europa. Los Reyes Católicos después de aprobar los proyectos de Cristóbal Colón para la conquista del nuevo mundo, encargaron a Juan Peñalosa a construir tres carabelas de las cuales La Niña fue construida en los astilleros del puerto de Moguer por la familia Niño. Esto hizo que Moguer entablara grandes relaciones comerciales con las Américas, potenciando aun más esta ciudad.
La principal atracción monumental de Moguer es el Monasterio de Santa Clara el cual fue fundado por Alonso Jofre Tenorio entre los años 1337 al 1338, el cual se mantiene en un buen estado de conservación. Hay que destacar la iglesia de estilo gótico y el claustro que posee una sillería Nazarita del siglo XIV, siendo esta una pieza única de las que se conservan actualmente en todo el mundo. También cabe destacar los sepulcros en alabastro de la familia Portocarrero y las pinturas de las puertas de coro del siglo XV.
Otro de los monumentos interesantes es el Convento de San Francisco por el gran valor histórico que tuvo, ya que aportó una buena cantidad de monjes franciscanos a las expediciones que se realizaron para evangelizar el nuevo mundo. Tenemos que resaltar de este convento el claustro marianista, el retablo barroco y la espadaña realizados en el siglo XVI. Actualmente este edificio alberga el archivo municipal y la Biblioteca Iberoamericana.
Las calles del núcleo histórico respiran arte colombino ya que ofrece un sinfín de rincones y calles donde el descubrimiento del nuevo mundo queda reflejado. La ciudad presume de este factor histórico y también del arte y la poseía a través de la figura del Premio Nobel, Juan Ramón Jiménez y su obra Platero y yo, donde podemos encontrar fragmentos de ello en cada calle de Moguer mediante azulejos cerámicos, también esculturas del poeta y de su burro Platero en varias plazas del centro histórico.
Palos de la Frontera
Ayuntamiento de Palos de la Frontera – C1903-5116
Plaza del Ayuntamiento de Palos de la Frontera – 5118
Calle peatonal de Palos de la Frontera – C1903-5121
La población de Palos de la Frontera queda a unos nueve kilómetros de Moguer, también su historia está muy vinculada al descubrimiento de las Américas. Este es un pequeño pueblo donde sus calles son rectas y sus casas están encaladas de color blanco cuidadosamente decoradas con flores y plantas. Últimamente se nota que han hecho grandes esfuerzos para atraer más turismo a su población, ya que quedaba un poco relegada de los principales focos de atracción turística de esta zona.
La verdad es que nos impresionó, ya que aprovechando el 525 aniversario del descubrimiento de las Américas han remodelado la fachada del ayuntamiento creando una obra escultórica de mucha vistosidad y colorido en homenaje a todos aquellos palernos que hace 525 años se embarcaron a la aventura que no sabían si tendría un final exitoso.
La obra escultórica de la fachada del ayuntamiento está repleta de elementos y símbolos que recuerdan su historia y la cultura de los habitantes de esta población. Entre sus estatuas y ornamentos destacan los bustos de los marineros de Palos que formaron parte de aquella aventura, Martin Alonso Pinzón y Vicente Yáñez Pinzón, conocidos como los hermanos Pinzón, los cuales juntamente con Cristóbal Colón formaron parte de la cúpula responsable de la expedición. Presiden en el balcón principal del ayuntamiento, uno en cada lado, las estatuas de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, los Reyes Católicos, por el apoyo que realizaron para que se llevara a término esta aventura. El escudo de la población preside la parte alta del balcón, justo debajo del reloj. Unas estatuas situadas en la cornisa de debajo del tejado, representan el desembarco de Colón en América. Otro de los elementos que componen la obra son las estatuas del patrón de Palos, San Jorge mártir y la Virgen de los Milagros del monasterio de La Rábida. El conjunto de la obra está realizada por el escultor Agustín de Echevarría con la colaboración de varios ceramistas y decoradores.
Otros monumentos que valen la pena visitar, son la Iglesia de San Jorge, del siglo XV, que fue sufragada por los condes de Miranda. Esta iglesia también forma parte de la historia del descubrimiento ya que se calcula que fue el último lugar donde Cristóbal Colón y su tripulación oraron antes de partir a las Américas. El templo es de estilo gótico-mudéjar.
En las proximidades de la iglesia se encuentra La Fontanilla, en la según dice la historia sirvió para abastecer de agua potable en garrafones a las tres naves. No podemos dejar de mencionar para aquellos que quieran profundizar más en la historia del descubrimiento de las Américas la visita a la Casa Museo de Martin Alonso Pinzón.