Visita al Palacio de la Aljafería, Zaragoza

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Una gran muestra arquitectónica con más de diez siglos de historia en el que alberga diferentes estilos islámicos, mudéjar aragonés y gótico isabelino, entre otros.


Otra de las visitas que realizamos desde nuestra estancia en Alhama de Aragón y que nos hacía mucha ilusión era la de visitar el Palacio de la Aljafería de Zaragoza, dado que no habíamos tenido la oportunidad de visitarla en otras ocasiones. Salimos por la mañana de Alhama de Aragón, que se encuentra a 115 km de Zaragoza, para pasar el día visitando el centro histórico de la capital aragonesa. Después de aparcar el coche en el aparcamiento subterráneo de la plaza del Pilar, dedicamos la mañana a pasear por el casco histórico, visitando la Basílica del Pilar, La Seo, el teatro romano… y después de comer un menú en un restaurante del centro histórico, cogimos un autobús que nos dejó enfrente del Palacio de la Aljafería.

Llegamos pronto ya que abrían a las cuatro de la tarde, esto nos permitió dar un paseo tranquilo por todo el exterior del impresionante palacio fortificado.

Palacio de la Aljaferia

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Palacio de la Aljafería – 9498

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Patio de Santa Isabel – 9503

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Artesonado Mudéjar – 9526

El conjunto monumental del palacio es de forma cuadrilátera y está rodeado por un gran foso ajardinado, en el que puedes pasear por su interior. La fachada este es la fachada principal, en la que en el centro podemos observar cuatro torres redondas adosadas a la fachada amurallada, con almenas en su parte alta. A cada extremo de esta fachada lo completan dos torres más, que son más bajas que las centrales y están adosadas a cada punta de la fachada. Una vez se ha cruzado el puente del foso, se accede al recinto amurallado por la puerta principal que existe entre las dos torres centrales de la fachada principal.

En la fachada Norte se encuentra la torre del Trovador, la edificación más antigua de la Aljafería que data de finales del siglo IX, en el periodo gobernado por el primer Tuyibi, Muhammad Alanqar, que fue nombrado por Muhammad I, el emir independiente de Córdoba. Se trata de una torre de planta rectangular de cinco pisos cuyos pisos inferiores pertenecen a su primera edificación. Posteriormente la torre fue integrada al palacio musulmán construido en siglo XI, por los Banu Hud, reyes de la taifa zaragozana. El resto de las fachadas exteriores pertenecen a los antiguos Cuarteles de Carlos III, que actualmente se utilizan como dependencias de las Cortes Aragonesas.

Palacio islámico

A través de la entrada principal al recinto amurallado se accede a un patio en el que se encuentra en la parte norte la capilla de San Martín. Al sur del patio, la entrada del hemiciclo de las Cortes Aragonesas, que tiene su sede en este palacio. Enfrente tenemos el acceso al área predestinada a la visita monumental del palacio, que accede directamente al patio de Santa Isabel.

El patio de Santa Isabel es un espacio abierto y ajardinado con arboles naranjeros, es de forma rectangular quedando situado en el centro del recinto amurallado. Al sur de este patio podemos admirar unos preciosos arcos entrelazados que fueron restaurados mediante el vaciado de los arcos originales que se conservan en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid y en el Museo de Zaragoza. En la zona norte del patio se encuentran las arcadas que formaban el triple acceso al Salón Dorado, también conocido por el Salón de los Mármoles, que era la estancia principal del palacio.

En la parte oriental del Salón Dorado, existe un pequeño oratorio o mezquita que era para el uso selecto del monarca y sus cortesanos. Se accede a través de una portada que contiene un arco superior en forma de herradura que está soportado por unos pilares de mármol. El arco de herradura es parecido a los de la Mezquita de Córdoba, pero con la diferencia de que este contiene salmeres en forma de S, imitando el arte almorávide. En el interior del oratorio, que es una sala no muy grande cuadrada con esquinas achaflanadas, existe un nicho del mihrab que está orientado hacia La Meca.

Palacio cristiano medieval

Después de la reconquista de Zaragoza realizada por Alfonso I en el año 1118, empezó la época cristiana en la Aljafería. Se llevaron a cabo diferentes obras de ampliación y reacondicionamiento arquitectónico de estilo mudéjar para acondicionar el palacio como residencia de los reyes cristiano aragoneses.

De este periodo medieval de los siglos XII al XIV, se construyó la capilla de San Martín, la alcoba de Santa Isabel, la desaparecida capilla de San Jorge y la arquería oeste del patio de Santa Isabel. Quizás lo más importante, fueron las salas del palacio mudéjar del rey Pedro IV, con sus espectaculares alfarjes, que recientemente han sido recuperadas. De este periodo tenemos que resaltar que fue de una gran ayuda el mecenazgo de los reyes cristianos para el desarrollo del arte mudéjar aragonés.

Palacio de los reyes católicos

Entre los años 1488 al 1495 los reyes católicos construyeron su nuevo palacio sobre el ala Norte del conjunto islámico, destruyendo parte del palacio medieval y la cubierta del conjunto islámico y la mezquita. En esta ampliación se utilizaron diferentes estilos arquitectónicos que van desde gótico final al renacentista, pasando por el mudéjar de gran calidad, en el que se ha denominado estilo de reyes Católicos o Isabelino.

El palacio se accede por una gran escalera noble que se encuentra en ala oeste del patio de Santa Isabel. Esta escalera pasa por una planta intermedia en la que podemos admirar los alfarjes recién recuperados de la sala baja del palacio mudéjar que no se puede visitar. La escalera desemboca a un corredor de una galería que comunica con todas las estancias del palacio. En este corredor encontramos la portalada de acceso al salón del trono que contiene un arco rebajado, guarnecido con un tímpano en cuyo centro está representado un escudo de la monarquía de los reyes católicos, con los blasones de los reinos de Castilla, León, Aragón, Sicilia y Granada sostenido por dos leones.

Continuando el recorrido se accede a varias salas que dan acceso al salón del trono. En estas salas también se denominan las salas de los pasos perdidos por ser las salas donde esperaban para ser recibidos en audiencia por los reyes. Son de destacar en estas salas los suelos o solería de cerámica y las preciosas techumbres de estilo mudéjar-isabelino, compuestas por tres preciosos taujeles de carpinteros mudéjares aragoneses.

El Salón del Trono es una enorme sala rectangular de unos 20 m. de largo y 8 m. de ancho, en el que hay que subrayar la techumbre como elemento de una gran importancia. En todo el perímetro de la sala, en la parte alta tocando con el techo recorre una tribuna, que es transitable, que alberga una galería de arcos conopiales trabajados en madera, en la que los invitados podían mirar las ceremonias reales. Coronando el techo de toda la sala, existe artesonado mudéjar dorado que está sustentado por grandes vigas y traviesas que contienen casetones cuadrados. Estos casetones están decorados y en cada uno cuelga una piña grande que simbolizan la fertilidad y la inmortalidad.

En el friso que rodea todo el perímetro del salón, aparece una leyenda de caligrafía gótica que dice (traducido): Fernando, rey de las Españas, Sicilia, Córcega y Baleares, el mejor de los príncipes, prudente, valeroso, piadoso, constante, justo, feliz, e Isabel, reina, superior a toda mujer por su piedad y grandeza de espíritu, insignes esposos victoriosísimos con la ayuda de Cristo, tras liberar Andalucía de musulmanes, expulsado el antiguo y fiero enemigo, ordenaron construir esta obra el año de la Salvación de 1492.

Reformas y ampliaciones en la época moderna y contemporánea

En el periodo de los reyes Católicos se instalaron en el palacio algunas dependencias del Tribunal del Santo Oficio y también la cárcel real. Por esa razón unos años más adelante Felipe II decidió transformar la Aljafería en una ciudadela amurallada con un foso que la rodeara en todo su perímetro, tal cual como se conserva actualmente.

En los siglos XVIII y XIX, se realizaron diversas reformas para su adaptación como acuartelamiento militar. Todavía se conservan los bloques construidos en la época de Carlos III y dos torreones neogóticos que se construyeron en los tiempos de Isabel II. En el año 1984 se realizaron obras para alojar la sede de las Cortes de Aragón.

El Palacio de la Aljafería fue declarado el 14 de diciembre del 2001, patrimonio mundial por la UNESCO, por ser considerado uno de los principales ejemplos del arte mudéjar aragonés.

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