Monte Saint-Michel – Normandía

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“Después de unas obras de más de 10 años, la bahía y el conjunto histórico patrimonio de la humanidad según la UNESCO, recobra un gran esplendor ambiental y turístico”

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Hace más de treinta años que tuvimos la oportunidad de visitar el monte Saint-Michel, en una de las rutas que hicimos por el norte de Francia en autocaravana, la verdad es que el recuerdo que tenemos de aquella visita es muy remoto y no nos acordamos mucho de cómo era. Por esta razón, ya que estábamos visitando el norte de la Bretaña, todo y no ser muy amantes de visitar sitios de gran aglomeración turística, decidimos dedicar una mañana a visitarlo de nuevo, ya que estábamos en mayo, en un mes considerado de baja afluencia turística. El monte Sant-Michel es patrimonio mundial de humanidad concedido por la UNESCO en 1979 y es actualmente uno de los puntos turísticos más visitados de Francia, con más de 3 millones de turistas al año.

El conjunto histórico de Saint-Michel se encuentra situado sobre una isla rocosa que está en la desembocadura del rio Couesnon, donde forma un estuario, en el que se mezclan el agua dulce con el agua salada del mar Céltico. Últimamente, se han realizado unas obras que han durado más de diez años, para solucionar el problema de la sedimentación del rio Couesnon, originados por motivos de un dique-carretera que dejaba llegar los coches hasta el pie de la isla. Este dique producía la polderización en la bahía, que hacía que el mar se alejara de la isla, mientras que la arena y los prados salados invadían la zona. Para solucionar este problema, se ha construido una nueva presa al rio Couesnon que da suficiente fuerza al agua del río para que expulse los sedimentos mar adentro.

Para mejorar todo el entorno turístico, se ha construido un aparcamiento a 2,5 km antes de llegar a la zona fortificada del monte Saint-Michel, no dejando que los coches lleguen más allá de la zona inundable del mar, por las altas mareas. Para el traslado de los turistas, el personal y los servicios de la isla, se ha construido un puente-pasarela encima de esta zona, para llegar justo a la explanada de la isla donde se accede al conjunto histórico del monte Saint-Michel. Para recorrer este camino se puede realizar a pie o mediante autobuses lanzadera, que pasan cada 10 minutos, cuyo traslado es gratuito. De esta forma, el monte Saint-Michel ha pasado a ser una isla, cuando la marea esta alta. La remodelación de esta zona, según mi opinión está muy bien resuelta.

Visita al monte Saint Michel

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Iglesia Abadía – 1812

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Subida abadía – 1809

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Terraza Saut-Gautier – 1814

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Claustro – 1817

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Sala de los huéspedes – 1818

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Vista marea baja – 1836

Llegamos al aparcamiento a media mañana y desde allí tomamos el autobús-lanzadera, que nos acercó hasta el conjunto histórico de la isla. Desde el punto donde nos dejo el autobús-lanzadera hasta el recinto amurallado, tuvimos que andar aproximadamente, 350 metros. Una vez dentro del recinto amurallado, para subir al punto más alto, donde está situada la abadía, tienes que realizarlo por un callejón muy estrecho, en el que están situados todos los bares, restaurantes y tiendas. En este callejón se acumula mucha cantidad de gente, que hace que transitar por él, sea una experiencia un poco desagradable, sobre todo en las horas de máxima afluencia, ya que es como un embudo. Superado este inconveniente, con paciencia, llegas a las escalinatas que dan acceso a la abadía.

La historia de la abadía se remonta al año 708 en el que se empezó dar culto al santo Miguel, con el tiempo, se convirtió en un lugar de peregrinaje de los más importantes de Europa. En el siglo X, los benedictinos construyeron una abadía en la parte más alta del peñasco, y al mismo tiempo en la parte más inferior de la abadía se desarrolló el pueblo, que más tarde siguió hasta la parte más baja del peñasco. En la guerra de los cien años, entre los años 1337 a 1453, se construyeron las murallas y las fortificaciones, que convirtió el monte Saint-Michel en una plaza inexpugnable para los ingleses. A consecuencia de la revolución francesa los benedictinos dejaron la abadía, convirtiéndose el monte Saint-Michel en una prisión donde fueron encarcelados unos trescientos sacerdotes que negaban la nueva constitución civil del clero. En 1817 se procedió al derribo de las modificaciones realizadas para albergar a los prisioneros. En 1874 se empezó a reconstruir y restaurar todos los edificios de lo que es actualmente el conjunto histórico, consiguiendo en 1979 ser considerado por la UNESCO patrimonio de la humanidad.

La visita a la abadía se realiza a través de las tres plantas o niveles que componen el recorrido. Después de atravesar la sala de Guardias, en la entrada fortificada de la abadía, se sube la escalera del Grand Degrè hasta la terraza del Saut-Gautier, donde se pueden ver unas preciosas vistas de toda bahía, desde el peñasco de Cancale al oeste hasta los acantilados de Normandía al este. Al norte el islote de Tombelaine y al sur-oeste el Mont-Dol. También a lo ancho se distingue las islas de Chausey de donde procede el granito que se construyó la abadía. Desde esta terraza también tenemos una vista de la aguja neogótica del campanario construido en 1887, que esta rematada con estatua dorada de San Miguel.

Desde la terraza se accede a la iglesia de la abadía, que está situada encima del peñasco sobre una plataforma, presentando una estructura de una sola nave, reconstruida tras la guerra de los cien años, de estilo gótico flamígero. Desde la iglesia la visita sigue por el claustro, que da acceso a diferentes estancias de la abadía. El claustro está situado encima del edificio que se llama Maravilla construido en siglo XIII. La visita continua por una escalera que baja hasta la Sala de los Huéspedes, destinada a recibir a los reyes y nobles. Siguiendo el recorrido llegamos a la cripta, una sala de gruesos pilares, que fue construida en siglo XV, para sostener el coro gótico de la iglesia de la abadía.

Siguiendo el recorrido, accedemos a la cripta de San Martin, que presenta una bóveda de grandes dimensiones. Desde la cripta se accede al antiguo Osario de los Monjes, que está ocupado por una rueda de enormes dimensiones, que fue instalada en el año 1820, para subir los alimentos de los presos cuando la abadía se utilizaba como prisión. Seguidamente accedemos a la capilla de san Esteban, para tomar la escalera norte-sur que da acceso al paseo cubierto, que es una sala de doble nave y bóvedas de arcos cruceros. Desde este punto entramos a lo que se llama el edificio Maravilla, por la enorme Sala de los Caballeros, construida para sostener el claustro, destinada a sala de trabajo y estudio de los monjes. Finalmente, el recorrido de la visita en el edificio de la Maravilla, termina en la Capellanía, situada en el primer nivel del conjunto histórico, que se destinaba a acoger a los pobres y peregrinos para darles cobijo. Aquí termina la visita al conjunto histórico de la Abadía de Saint-Michel.

El día y las horas que visitamos el monte Saint-Michel, coincidió con la marea baja. Todo y que creo fue muy interesante verlo con la marea baja, nos quedamos con las ganas de verlo también con marea alta. Nos dijeron que en las mareas equinocciales, el mar puede llegar a retroceder hasta 18 kilómetros en toda la bahía del monte Saint-Michel. Me gustaría verlo algún día, de todas formas nos llevamos un gran recuerdo de esta visita al monte Saint-Michel.

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