Les Gorges de la Fou y Prats de Molló – La Preste

Francia - Comentarios -

Recorrido por la garganta más estrecha del mundo por donde transcurre el torrente de la Fou y que hace millones de años va erosionando sus rocas. Por la tarde visitamos el precioso pueblo de Prats de Molló en la comarca francesa del Vallespir.


Ésta fué una escapada de un día que hicimos en verano para visitar Les Gorges de la Fou y Prats de Molló, ya que hacía tiempo que lo teníamos pendiente, dado que nos habían recomendado que valía la pena visitar esta famosa garganta, donde según dicen es la más estrecha del mundo. Para completar la jornada hicimos una visita al pueblo de Prats de Molló, un bonito pueblo con mucha historia, que se encuentra en la parte más occidental de la comarca francesa del Vallespir, que hace de frontera con España a través del Coll d’Ares.

El recorrido que nosotros realizamos para visitarlo fue desde VIC, cogiendo dirección Ripoll por la autovía C17. En Ripoll nos desviamos hacia Camprodón y el Coll d’Ares y una vez cruzado el puerto, continuamos por la D115, pasando por Prats de Molló en dirección a Arles-sur-Thech. El cruce para llegar a Les Gorges de la Fou se encuentra a unos dos kilómetros antes de llegar a Arles-sur-Thech, según el itinerario que hicimos. Desde Barcelona o Gerona es más corto realizar el viaje por La Junquera y cogiendo la D115 en Le Boulou, dirección Ceret y Arles-sur-Thech.

 Les Gorges de la Feu 

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Principio del recorrido – 2511

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Detalle del torrente de La Fou – 2552

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Recorrido por las Gorges Fou – 2551

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Detalle del torrente de La Fou – 2557

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Recorrido por la garganta de La Fou 

A la llegada dejamos el coche en el aparcamiento para los visitantes, que es gratuito. A unos cien metros se encuentra la zona de servicios y la taquilla de entrada a la garganta. El precio de la entrada es de 10,00 € para los adultos y 5.00 € para los niños a partir de 5 años. Una vez compradas las entradas te proporcionan un casco que es obligatorio llevarlo en todo el recorrido por la garganta. También te recomiendan que vayas bien calzado y lleves un impermeable, ya que hay alguna zona de la gruta que cae agua.

Les Gorges de la Fou, como ya he dicho, son muy estrechas en algunos tramos el ancho de la garganta no supera un metro. El recorrido total es de 1,7 km, los cuales 1,5 km transcurre sobre una pasarela metálica que sube y baja mediante escaleras. Esta pasarela metálica está protegida por su parte superior por una malla metálica, para el caso de caída de piedras y rocas. Por la parte inferior de la pasarela discurre el torrente de la Fou. La diferencia de desnivel del recorrido es de 157 metros, con una pendiente media del 9 %.

La garganta se formó hace millones de años, por la erosión que ha ido realizando el torrente de la Fou en la roca calcárea. Con el tiempo el torrente ha llegado a erosionar profundidades de más de 200 metros. Algunas de las rocas de la garganta tienen un color rojizo intenso que es producto del óxido de hierro que poseen, se puede apreciar muy bien en algunas rocas del torrente. La verdad es que la combinación de estas rocas con las otras de color gris, plateadas, ocres… y el musgo verde que las abriga a algunas de ellas forma un paisaje y unos rincones de una gran belleza.

Las leyendas dicen que nadie se atrevía a explorarlo, porque decían que estaban habitados por brujas y animales hostiles. Debido a ello, no se ha encontrado ninguna documentación ni testimonios de alguien que las haya visitado hasta finales del siglo XVIII a principios del siglo XIX, cuando los bandoleros llamados los Trabucaires escogieron esta garganta para esconderse de los Migueletes, que eran mercenarios reclutados por la corona de Aragón. Fue en el año 1928 cuando se realizó una exploración con profundidad de la garganta, por un grupo compuesto de voluntarios de Arles-sur-Tech y Amélie les Bains, que emprendieron una exploración para llegar al fondo de la misma.

A unos 750 metros de la entrada de la garganta se encuentra la Grotte de Can Pey, es una cueva natural de unos 15 metros donde se encuentra el punto más estrecho del recorrido que tiene apenas unos 80 cm de ancho. También en el camino encontramos la Gruta de los Trabucaires, una de las zonas más bonitas del recorrido ya que atraviesa unas pequeñas cascadas subiendo unas empinadas escaleras. En el fondo de la garganta que se sitúa en el punto más alto del recorrido, la gruta se abre a un espacio más ancho donde se puede ver el cielo, allí se encuentran unos bancos que permiten a los visitantes descansar un rato. Este es el punto final del recorrido de la garganta. La vuelta se realiza por el mismo camino de la ida. El tiempo total de la visita no llegó a las dos horas.

 Prats de Molló - La Peste 

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Portal de Caballería – 2586

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Calle de Prats de Molló – 1794

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Fort Lagarde – 1804

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Vista de Prats de Molló

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Iglesia de Prats de Mollo – 1802

Después de la visita a las Gorges de la Fou, cogimos el camino de regreso por la carretera D115 para comer alguna cosa en Prats de Molló, de paso dedicar la tarde a visitar este pueblo francés, que tiene mucho de catalán al ser fronterizo y al formar parte los países de la Catalunya Nord francesa. Antiguamente formó parte del Condado de Besalú siendo anexionada a Francia a raíz del Tratado de los Pirineos, en noviembre de 1659.

El término comunal de Prats de Molló es uno de los más grandes Francia con una extensión de 1.450.900 hectáreas en el que tiene anexionados los núcleos de La Forgé y La Preste les Banys, que queda a unos 8 km de Prats de Molló en el que se encuentra un importante centro de termalismo. Todos estos núcleos se concentran en el valle donde discurre el rio Tech, que es la parte más alta de su recorrido, como la mayoría de los pueblos restantes de la comarca del Vallespir.

El emplazamiento donde está situado Prats de Molló es precioso ya que está rodeado de grandes montañas con picos que superan de largo los 2.000 metros altitud, como el Pic del Set Homes con 2.661 metros, el Canigó con 2.722 metros y otros, siendo la altitud de Prats de Molló de 748 metros sobre el nivel del mar. Los bosques y la vegetación que rodea esta población hacen del lugar un rincón espectacular.

Para disfrutar de la visita, es interesante dar un paseo por toda la zona amurallada. En la zona norte al lado de iglesia aún se conservan los restos de la antigua muralla medieval que es de estilo románico, el resto de las murallas corresponde a la sustitución que realizaron en el siglo XVII, dirigido por Vauban, la cual cambiaron parte de su formato para defender la posición fronteriza.

En el centro de la villa, nos encontramos calles y plazas muy animadas por los turistas que presentan rincones bien decorados, con una variada oferta de bares y restaurantes. En las calles del núcleo antiguo se encuentra La Capilla de las Santas Juste y Ruffine, que está decorada con pinturas de Jean Lareuse, una curiosa y original capilla. Otro de los puntos interesantes es el Portal de Caballería, en la que presenta una torre de planta rectangular, con una puerta de entrada al recinto amurallado.

Un paseo que también es interesante es subir hasta la iglesia que está dedicada a las santas Juste y Ruffine, la cual su primera construcción era de estilo románico pero en el siglo XVII, fue reconstruida casi por completo con estilo gótico tardío. De la época medieval conserva la torre cuadrada del campanario y la preciosa puerta de hierro de la entrada.

Desde la iglesia vale la pena subir hasta el Fort Lagarde, que fue construido en el año 1677 para resistir a la artillería enemiga, siendo un punto estratégico para el control de la frontera del Coll d’Ares. Se construyó en la parte noreste de la población en una explanada que queda a unos 100 metros de altitud sobre Prats de Molló, donde ya existía una torre de vigilancia de estilo románico del año 1307, que es de planta circular con unos 9 metros de alto. La fortaleza se construyó alrededor de la torre integrándola en la misma.

El Fort Lagarde, el día que estuvimos no se podía visitar, pero valió la pena hacer la excursión ya que desde arriba se pueden ver unas buenas panorámicas de Prats de Molló, del valle del rio Tech y de las montañas que lo rodean.

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