La ruta de la leche del Lluçanès

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Recorrido por una pequeña comarca natural con muchísima personalidad propia, en la que nos ofrecieron lo mejor de sus productos locales y un gran proyecto de turístico sostenible.


El pasado 7 de octubre, invitados como miembros de Barcelona Travel Bloggers asistimos a la jornada que realizaron el Consorci del Lluçanès para promocionar sus productos locales y el turismo rural. Esta era una jornada que me hacía mucha ilusión asistir ya que el Lluçanès actualmente es una subcomarca de Osona, que está situada a muy pocos kilómetros de Vic ciudad en donde residimos.

El Lluçanès es una comarca natural de unos cuatrocientos km2 que está situado al noreste de la depresión central de Catalunya, con una población muy pequeña que no supera los 8.000 habitantes. Su territorio y sus pueblos están repartidos entre tres comarcas: Osona, El Bages y el Berguedà. Actualmente el conjunto de pueblos de esta comarca natural, están creando sus propias estructuras para independizarse de estas comarcas a las que pertenecen y crear su propia comarca administrativa.

Los habitantes de esta comarca natural viven principalmente de los productos que les proporciona la agricultura y las explotaciones ganaderas. También están desarrollando como complemento a esta actividad el turismo rural en el que poco a poco van consiguiendo aumentar su clientela a fuerza de ofrecer unos productos de gran calidad de su propia elaboración.

Una preciosa jornada la que nos ofreció el Consorci del Lluçanes, en la que no falto ninguna clase de detalle. La ruta empezó en Santa Creu de Jutglar, enfrente del edificio del Consorci del Lluçanès, a las diez de la mañana. Después de acreditarnos, se formaron dos grupos entre todos los participantes, en el que cada uno realizaría una ruta distinta por las diferentes explotaciones lecheras de la comarca natural. Nosotros nos apuntamos a la ruta del grupo 2, la que realizaba el transporte hasta el El Soler de n’Hug con carros.

Salimos de Santa Creu de Jutglar con un autobús que nos llevó hasta Prats de Lluçanès, capital de la comarca natural, allí ya nos esperaban tres carros de los Carreters del Lluçanès.

 Carreters del Lluçanès 

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Ruta de la leche del Lluçanès – 1595

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Camino a Soler de n’Hug -1522

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Carreters del Lluçanès – 1596

Los integrantes del grupo nos repartimos en los tres carros que nos esperaban y emprendimos el viaje en carro hasta el Soler de n’Hug. La verdad es que hacia un montón de años que no realizamos un trayecto en carro, creo que es un tipo de transporte nada estresante, en el que te permite disfrutar de la naturaleza y del paisaje con toda su inmensidad.

Cruzamos Prats de Lluçanès y cogimos la carretera que lleva a Navàs, a unos dos kilómetros encontramos el cruce del camino que nos llevo directamente a la explotación de leche de vacas y ovejas del Soler de n’Hug

 El Soler de n'Hug 

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Becerro – 1537

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Limpieza de la vaca – 1550

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Muñendo la vaca – 1563

Allí ya nos esperaba la familia Soler para darnos un emotivo recibimiento. Después de las presentaciones nos invitaron a entrar al gran salón de su casa rural para ofrecernos un gran desayuno, para coger fuerzas. El desayuno consistía de una gran variedad de embutidos: longaniza, fuet, bull blanco, bull negro… con pan y tomate, también de un yogur de leche vaca, todos estos productos eran de elaboración propia igual que venden en exclusiva en su tienda que tienen en Prats de Lluçanès que se llama El Taulell del Soler. Durante el café el hijo menor de la familia Soler, nos dio unas explicaciones de todos los procesos que realizan para sacar el mayor provecho de la explotación de la granja.

La filosofía que la familia emplea para sacar el máximo partido de los recursos que tienen es: “En payes, el ciclo empieza en los campos y termina en el plato”. Bajo esta filosofía han desarrollado su estrategia de explotación agrícola y ganadera que consiste en labrar los campos propios y los tienen arrendados buscando la sostenibilidad de la tierra y evitando los herbicidas y los productos químicos. Cultivan cebada y trigo en el que obtienen el concentrado de los animales y lo complementan con forrajes. En la explotación tienen aproximadamente unos cincuenta cerdos, ochocientas ovejas y unas sesenta vacas en la que obtienen carne de oveja, de ternero y de cerdo que venden en su tienda. La leche que sacan de las vacas un ochenta por ciento la revenden y el resto es para su venta o uso propio.

Después de estas explicaciones pasamos a visitar la granja, en las que pudimos ver las cuadras de las vacas que las tienen totalmente automatizadas. Las vacas dentro de la cuadra siguen un circuito en el que comen y cuando tienen la necesidad de ser muñidas se les abre una puerta que da a un pasadizo de espera para que un robot las muña automáticamente. Es muy curioso ver las vacas que hacen cola para ser muñidas por el robot.

Para que tuviéramos una referencia de como se realizaba antiguamente el muñido de las vacas, nos enseñaron como se muñe una vaca de manera manual. Algunos participantes de la jornada tuvieron la oportunidad de probarlo, llegando alguna de las participantes a ser toda una experta en el tema.

Después de visitar las cuadras de las ovejas y la de los cerdos, nos hicimos unas fotografías de todos los integrantes de la jornada que visitamos el Soler de n’Hug. A continuación, después de despedirnos de la familia Soler y darles las gracias de la buena acogida que nos habían proporcionado, emprendimos el regreso a Prats de Lluçanès con los mismos carros que habíamos venido, para ir a comer al restaurante de Cal Baumer.

 Restaurante Cal Baumer 

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Cal Baumer – 1598

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Combinado de platos típicos del Lluçanès – 1601

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Pie de cerdo – 1602

Los carros nos dejaron enfrente de Cal Baumer en Prats de Lluçanès, después de despedirnos de los amables carreteros que nos habían dado un viaje muy ameno con sus carromatos, entramos en Cal Baumer en el que nos esperaban para servirnos la comida.

Cal Baumer es un restaurante original, ya que solo dispone de una sola una mesa que ocupa toda una gran sala. Para los grupos de comensales los separan con un espacio en la mesa.

Nos sirvieron de primero un combinado de platos típicos de la comarca natural del Lluçanès, que consistía en una sopa de calabaza, unos garbanzos condimentados con setas, un trozo de butifarra negra “esparracada” a la plancha y unas patatas hechas al horno. De segundo se podía escoger entre albóndigas, costillas de cerdo o pies de cerdo. Yo escogí pies de cerdo que por cierto estaban de fábula. De postre un flan casero y café con chupito especialidad de la casa. Un restaurante muy recomendable si visitas Prats de Lluçanès.

 Formatges de Lluçà 

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Formatges de Lluçà – 1606

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Cabras pirenaicas – 1611

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Cabra pirenaica – 1615

Un autocar nos recogió delante del restaurante Cal Baumer y nos llevo a Lluçà, para visitar la explotación de Formatges de Lluçà. Esta es una explotación que gestionan dos familias para elaborar a partir de la leche que les produce un rebaño de cabras pirenaicas la producción de quesos artesanos de alta calidad.

A la llegada uno de los propietarios de la explotación nos dio unas explicaciones de cuáles son los procesos para la elaboración de sus quesos. Según lo que nos explicó, todos los procesos son manuales y consideran que uno de los puntos más importantes para producir quesos de calidad es la pastura que ellos realizan diariamente de sus cabras en las vertientes boscosas del valle de Merlès, contribuyendo a la mejora del estado del sotobosque manteniéndolo limpio para la prevención de incendios. También complementan la alimentación con cebada y alfalfa que producen en sus campos que son totalmente sostenibles a través de un sistema de rotación para no tener de verter purines a los campos.

La cabra pirenaica que ellos explotan es una raza autóctona que está en peligro de extinción, la cual es muy apreciada por su gran calidad y su adaptabilidad a todas las condiciones meteorológicas. Según nos indica, ellos han hecho una apuesta para la protección y recuperación de esta raza.

Después de las explicaciones, pasamos a visitar los corrales de las cabras. Para que pudiéramos participar de ellas las dejó salir de los corrales para que pasturaran por el entorno de los corrales. Realmente el dicho de esta como una cabra, pudimos comprobar que es real ya que no paraban de correr y trepar por las vertientes de las colinas del entorno, poniéndonos muy difícil a los fotógrafos que las queríamos fotografiar.

Después de la pequeña pastura nos invitaron a realizar un taste de los quesos que ellos elaboran, acompañado de un buen vino blanco. En el taste pudimos saborear las cuatro variedades de quesos que ellos comercializan: el Bla d’ovella, el Batall, el Tupí de cabra y el Serrat de Guiau, todos ellos exquisitos. Todos estos quesos se pueden comprar en su tienda que tienen en la explotación o en otras tiendas especializadas de la comarca natural del Lluçanès u Osona.

Siguiendo el guion de la ruta realizamos una visita caminando al Monasterio de Santa María de Lluçà, que lo teníamos a unos trescientos metros de Formatges de Lluçà.

 Monestir de Santa Maria de Lluça 

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Monasterio de Santa Maria de Lluçà – 1659

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Claustro Santa Maria de Lluçà – 1673

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Altar Santa Maria de Lluçà – 1680

El monasterio de Santa María de Lluçà, está considerado una de las mejores muestras románicas de Catalunya, por esto está declarado bien de interés nacional. Se encuentra a los pies de una colina donde se alza el castillo de Lluçà. La iglesia es de una sola nave con ábside semicircular y un crucero. Según consta la iglesia fue consagrada en el año 905, pero hace pensar que era una antigua construcción a la actual. Fue en el año 1154 cuando se estableció una orden canóniga agustiniana que rehabilitó la iglesia. La iglesia está documentada desde el año 1168.

A la mitad de la nave se puede acceder a un claustro adosado de planta cuadrada irregular que se cree que fue construido en el siglo XII. El claustro presenta una galería en todo su perímetro con veintidós capiteles decorados con animales y elementos vegetales. El monasterio guarda elementos de gran valor como la puerta herrada de la entrada de la iglesia, unos sepulcros góticos que se encuentran en el claustro, también unos murales que se descubrieron en el año 1954, que según parece eran restos de la decoración interior de la iglesia. Estos murales están expuestos al público en unas de las salas anexas al claustro.

Después de la visita guiada al monasterio, se realizó un pica, pica de productos locales en la Fonda La Primitiva donde tuvimos la oportunidad de saludar a todos los productores y agentes del territorio. La verdad es que después de tantos aperitivos y comidas a mí estómago ya no le cabía nada más, todo y que tenía muy buena pinta el aperitivo que nos ofrecieron.

Para todos aquellos que nos leéis, os aconsejo perderos un fin de semana por estas tierras, estoy seguro de que os lo pasaréis tan bien o más de lo que lo pasamos nosotros. La gente de esta comarca natural es increíble, hambre seguro que no pasaréis.

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